En la reunión de “negociación” de ayer 16 de octubre, la dirección mostró por fin algunas de sus cartas y nos tradujo lo que para ella significa contención salarial, que no es otra cosa que reducir costes a base de una subida ridícula del 0,5% y aumentar la jornada un 3%, o lo que es lo mismo: UNA REDUCCIÓN SALARIAL EN TODA REGLA.
Sabemos que la empresa va de farol, aunque es posible que a partir de la siguiente reunión comience a soltar más “perlas” en otros temas tan importantes como conciliación, salud laboral, empleo, reconocimiento del salario a los nuevos ingresos etc, para así de paso dejar que la plantilla vaya digiriendo su plan de recortes salariales y deterioro de nuestra vida social y familiar.
Aunque todo apunta a que la “negociación” no va a ser un camino de rosas -no hay más que ver la campaña de miedo e incertidumbre con la que lleva la empresa contaminando los talleres desde hace meses-, como representantes de los trabajadores/as no nos cansaremos de repetir que los ingentes beneficios generados por todos/as deben repercutir en una reducción de jornada y una subida salarial digna. Es de justicia.
En ese sentido apelamos a la “mayoría sindical” en la mesa negociadora a actuar con responsabilidad y sentido común, no apartando la vista de las reivindicaciones recogidas en la Plataforma Social, muy lejos por el momento de la propuesta inicial de la parte empresarial.
Las fábricas de MEPSA son las más rentables del grupo, lo dicen los datos, pero quieren seguir exprimiéndonos para aumentar sus beneficios. Los sindicatos franceses publican en sus comunicados que no pueden competir con las condiciones que tenemos en España, Polonia y Rumania. A pesar de todo ello, la empresa tiene la poca vergüenza de exigirnos mayores “esfuerzos” para mantener contento a papá Michelin.
Ni un paso atrás
Valladolid a 17 de octubre de 2019