Sumidos en un erte vigente hasta el 15 de septiembre, a la empresa no se la ocurre otra gracia que aplicar la flexibilidad y activar días tanto en turismo como en Z y PLE. Amparados por una impunidad regalada por el sistema y bendecida por unos sindicatos dóciles al patrón, nos mandan días para casa a cuenta de las arcas públicas, para acto seguido imponer un sobreexceso de jornada al activar días e incluso realizar horas de arranque y cierre, poniéndolo aún peor para la plantilla siendo estas jornadas realizadas en sábados y empujando a los trabajadores a un desgaste físico salvaje, ya que sólo se dispone del domingo para descansar durante los calurosos meses de verano.
CGT siempre ha propuesto en la comisión de calendarios liberar todos los sabados posibles en el periodo vacacional.
NOS ROBAN EL AIRE
No contentos con eso, ahora nos quitan los ventiladores de los talleres con la excusa de que se puede propagar el virus.
Llevamos desde mayo utilizándolos que era cuando más afectados existían por el Covid y ahora que llega julio dicen que son un problema.
No es de recibo que nos traten como a ganado y nos dejen jadeando, amordazados con la mascarilla y sin una brizna de aire que nos refresque.
Como la empresa no tome medidas al respecto y no busque una solución coherente al problema va a empezar a “calentarse” el ambiente en los talleres, ya que preferimos salvaguardar nuestra salud que caer exhaustos por un golpe de calor en medio de la nave.
La tan afamada ética que propaga Michelin a los cuatro vientos queda reducida a papel mojado cuando observamos la verdadera cara de la bestia, siempre anteponiendo su tasa de beneficios por encima de todo y de tod@s.
En Valladolid a 2 de Julio de 2020