Iveco también despide, también reprime y atropella, a nuestro compañero Pascu le ha tocado pasar este trance tan duro para cualquier trabajador honrado y es que Pascu solo es culpable de dejarse la juventud y la espalda durante 10 años trabajando en esa multinacional.
Tras caer de baja entre 2014 y 2015 por problemas de salud debido a los esfuerzos realizados en su puesto de trabajo, el pasado septiembre la empresa lo recoloca en otro puesto donde consigue sacar la producción sin problemas, hasta que el viernes 22 de enero lo despiden a traición. Al finalizar su jornada lo conducen a la oficina del gestor de personal donde es recibido con la carta de despido y a la puta calle. Demasiadas coincidencias con el despido sufrido por Isa en Michelin ¿verdad?.
Vemos el mismo modus operandi en las dos multinacionales, Michelin e Iveco, que después de exprimirnos al máximo, si nos “rompemos”, nos tiran a la basura, manipulándonos como a un útil productivo de usar y tirar. Ellos solo piensan en vender los neumáticos o furgonetas que nosotros construimos en los talleres que nosotros levantamos y con los materiales que nosotros extraemos, llevándose todo el beneficio, que nosotros tristemente les regalamos cada día sufriendo peores condiciones laborales y por menos dinero.
Pues bien, los trabajadores de Iveco no se han quedado con los brazos cruzados y después de hacer concentraciones espontáneas, en la hora del bocadillo, ante las oficinas de personal con numerosísima asistencia, el miércoles realizaron una concentración de 14:30 a 15:30 h. con una afluencia masiva, cortando la carretera Soria en los cuatro carriles y sin que la policía nacional pudieran hacer nada para impedirlo. Las primeras medidas de presión culminaron el día de ayer viernes con paros durante los tres turnos, los cuales fueron secundados por la mayoría de la plantilla, incluyendo técnicos y empleados.
Este es el camino, ante cualquier despido injusto debemos solidarizarnos todos y demostrar a la empresa que somos los trabajadores los que tiramos del carro, los que producimos los bienes de consumo y los que generamos riqueza, siendo la huelga la mejor herramienta que tenemos para demostrarlo. Si decidimos parar, a cualquier empresa no le queda otra salida que retractarse en sus atropellos, porque saben que poseemos la fuerza de trabajo y cuando todos seamos conscientes de ello, no habrá quien pueda parar a la clase trabajadora.
A bien seguro la multinacional italiana que un día fuera Pegaso desearía poder retroceder en el tiempo, porque el conflicto que han desencadenado con su soberbia les va a costar muy caro, ya que las movilizaciones y paros no han hecho más que empezar hasta que readmitan al compañero despedido y es que los trabajadores de Iveco están más que hartos de retroceder ante la avaricia empresarial. Algo está cambiando en Iveco, tomemos nota.
“La fuerza del obrero, la solidaridad”
Valladolid a 13 de febrero de 2016