Llevamos un tiempo que la política represiva en Michelin va en aumento y está llegando a unos niveles insoportables.
Van repartiendo amenazas, amonestaciones y sanciones como si fueran caramelos a la puerta de un colegio. Es como si en los talleres nos gasearan y estuviéramos atrapados dentro de una nube de miedo e incertidumbre, ¿quién será el siguiente?.
Por otra parte, las personas sancionadas no recurren ante los tribunales por miedo a posibles represalias por parte del servicio de personal. Todo esto nos aboca a más miedo, individualismo y precariedad que son las máximas a las que opta la multinacional, anteponiendo sus beneficios por encima de todo.
En vez de utilizar una política más humana, prefieren someter al personal a base de látigo y miedo y no se dan cuenta que esa presión constante aumenta los riesgos de accidente, ya que bastantes compañeros se la juegan a diario para alcanzar la producción o los objetivos que les marcan los mandos.
Debemos romper esta forma de actuar de Michelin organizándonos como trabajadores y ante cualquier sanción a un compañero, interesarnos, acompañarle y arroparle en vez de culparle o mirar para otro lado, dando la razón a quien nos sanciona y reprime.
RECUERDA QUE TÚ PUEDES SER EL SIGUIENTE...
Valladolid a 8 de octubre de 2018