VUELTA DE TUERCA A LA FLEXIBILIDAD: CUARTO ACTO

Parece que el guión preestablecido llega a su fin. Tras la última reunión, los sindicatos mayoritarios empiezan a intercambiar guiños con la empresa, lo que significa que podríamos encontrarnos a las puertas de una nueva traición a la plantilla expuesta a la penosidad de los sistemas variables, incluida su propia afiliación, la que por cierto debería pedirles explicaciones en sus asambleas y no dejarse embaucar por quienes firman pero no sufren las consecuencias.  Tenemos un convenio en vigor hasta el 31 de diciembre de este año y de ser necesaria una negociación, esta debería pasar por garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo, reducir los ritmos laborales y la jornada laboral, proteger nuestra seguridad y salud, aliviar el inhumano periodo estival y mejorar la conciliación, sin entrar en la lógica insaciable de una empresa que cada vez quiere más, a costa del esfuerzo y sudor de los de siempre.    Pese al teatro y al maquillaje, la empresa busca poder jugar con una apertura de instalaciones descomunal de 235 a 354 días, compensando aquellas aperturas más bajas de la nueva zona “super-reducida” del 5x8 y 4x8 con días de deuda a cuenta de la bolsa de horas y pluses ridículos que, en el caso del 5x8, oscilan entre los 60 € netos mensuales para una apertura de 311 días y los 0 € para una de 295 días, y en el caso del 4x8, entre los 80 € mensuales para una apertura de 277 días y los 10€ mensuales para una de 265 días.    Ello incluye un engendro de 3x8, con un abanico de 264 a 235 días de apertura en el que propone flexibilidad de 8 días al alza y 15 a la baja, con un plus compensatorio adicional de 50 miserables euros AL AÑO. ¿Quién da más?.    Como todas las “perlas” que nos han acabado firmando con la excusa del empleo, esta “negociación” ha empezado como un sainete protagonizado por la empresa y sus lacayos, y podría terminar dentro de muy poco (probablemente después de Semana Santa) como un drama protagonizado por la mayoría de los y las trabajadoras, que veremos cómo nos van sumergiendo en un pozo de flexibilidad, empobrecimiento y precariedad cada vez más profundo.    Que no te vendan la moto, no entres en su juego y pelea con todas tus fuerzas por mejorar tus condiciones laborales y las de tus compañeras y compañeros.